martes, 13 de agosto de 2013

Sólo acercándose

Imagínate dos velas: una encendida y otra apagada.
Acercándose cada vez más.
De repente, llega un momento en el que te maravillarás;
las dos velas están encendidas. La llama ha saltado a la otra vela.
Con sólo una cierta proximidad...

El amor crea esa proximidad y la llama salta de un corazón a otro.
No se trata de que alguien se rinda, no se trata de que alguien crea.
Es la transmisión de luz. Así es como se ha conocido en Oriente:
La transmisión de la luz de un corazón,
que ha descubierto su propio fuego,
a otro corazón que está tanteando en la oscuridad.

El mundo necesita inmensamente, urgentemente,
mucha gente consciente, amorosa, libre, sincera.
Sólo esa gente puede crear una cierta atmósfera espiritual
que podrá impedir que este mundo sea destruido por las
fuerzas suicidas, que son muy poderosas, pero no más poderosas
que el amor.

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